La hepatitis se caracteriza por ser un grupo de virus que da como consecuencia la inflamación del hígado, esta puede causar un deterioro progresivo y recurrente de éste que llegaría a afectar de manera negativa la vida de un paciente.
Tipos de Hepatitis
Inicialmente la hepatitis A constituye un menor caso de riesgo médico, aunque es altamente contagioso gracias a la contaminación fecal en alimentos, bebidas y objetos, solo cuesta un par de semanas e hidratación constante el mejorar el progreso de la enfermedad y se previene con vacunación y buena higiene.
La hepatitis B en cambio resulta ser transmitida por sangre infectada, productos sanguíneos o bien, a través del contacto sexual como saliva, semen y secreción vaginal; La hepatitis C es igualmente transmitida por vía sanguínea como drogas intravenosas y vía sexual, no sin mencionar que la mortalidad de la hepatitis C es 20% más alta que cualquier otra. Ambas infecciones pueden resultar en hepatitis crónica debido al tiempo en el que se diagnostica y puede causar un daño hepático a largo plazo, cirrosis o cáncer de hígado denominado carcinoma hepatocelular.
De igual forma existen otros tipos de hepatitis de menor fatalidad, estos se denominan D, E, hepatitis alcohólica, autoinmune, herpes simple, el citomegalovirus y el Epstein Barr.
Estados de la hepatitis
Periodo de incubación
Fase pre ictérica
Fase ictérica
Periodo de convalecencia
Sintomas generales
Aunque muchos pacientes desconocen por un largo tiempo la presencia de Hepatitis, existen algunos síntomas de la enfermad que forman parte del diagnóstico y pre tratamiento del enfermo, ejemplo de ellos son:
Coluria (orina oscura)
Acolia (heces muy claras )
Ictericia (pigmentos amarillo en la piel)
Fatiga
Pérdida del apetito
Prurito
Malestar estomacal así como nauseas, diarrea y vómitos
Dolor articular
Tratamientos y medicina alternativa de prevención
Medicamentos antivirales
Ozonoterapia: medicina alternativa caracterizada por la aplicación de concentraciones de ozono (O2) combinado con ozono (O3) dando una buena respuesta al sistema inmuno-antioxidante.
Fitoterapia: uso de plantas medicinales como alternativa al daño secundario de medicamentos convencionales.
Plantas hepatoprotectoras: cola de caballo, betabel, boldo, diente de león y cúrcuma
Plantas inmunoestimulantes: ganoderma, gingseng siberiano, astragalus y ashwaganida
Plantas antivirales: Romero, albahaca, hierba de san juan y caléndula
Herbolaria: hiebas como la aucubina y el cardo mariano que mejoran la respuesta del hígado y la vesícula biliar.
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